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14 de noviembre de 2014

Ríos no habría ido a la escuela el día que desapareció Silvia González

En el juicio por el homicidio de Silvia Andrea, un tío de la víctima complicó a Marciano Benítez con su declaración.
El preceptor del colegio al que asistía Hugo Dante “Willy” Ríos (31), uno de los acusados por el homicidio de Silvia Andrea González (15), no pudo precisar si el muchacho asistió o no a clases el día en que desapareció la menor, como tampoco recordó si lo hizo en los días posteriores.
En la sexta jornada del juicio oral y público por el crimen de la estudiante, hallada muerta el 18 de octubre del 2001, varios testigos aseguraron que no recordaban nada debido al paso de los años, por lo que las declaraciones fueron incorporadas por lectura.
Uno de los testimonios más esperados era el de Cristian Muñoz (18), quien al momento del hecho tenía apenas cinco años. En el expediente se cita que el chico escuchó y vio a Silvia Andrea pidiendo auxilio en la casa de Marciano Benítez (52) y le contó a su madre, pero la mujer no le creyó ni dio importancia a sus dichos.
“No me acuerdo de nada porque tenía cinco años”, fue lo primero que mencionó el joven ante el Tribunal presidido por José Pablo Rivero.
A su turno, el testimonio de Dionisio Saracho (60) puso en apuros a la defensa del Willy Ríos, hijo del intendente de Campo Viera, Juan Carlos Ríos, ya que el preceptor no pudo asegurar que el muchacho haya asistido a clases el día en que desapareció la víctima, el 11 de octubre del 2001.
Desde hace 26 años Saracho se desempeña como preceptor del Bachillerato de Orientación Laboral Polivalente (Bolp) 3 de Campo Viera, función por la cual se encuentra encargado de tomar asistencia a los alumnos. “No recuerdo si ese día faltó o no”, declaró. Luego, la jueza Ivonne Heppner le preguntó si Willy Ríos concurrió en los días posteriores a la desaparición de Silvia Andrea, a lo que el testigo volvió a mencionar que no recordaba.
Por su parte, la defensa del imputado expuso una copia certificada del libro de asistencia, donde consta que el 11 de octubre el acusado asistió al colegio. De todas formas, la fiscalía insistió con que en el registro original figuraría como ausente.
Al respecto, Saracho precisó que si el alumno se hallaba ausente a la hora de tomar asistencia se anotaba una “A”, aunque existía cierta tolerancia y “si el estudiante llegaba minutos más tarde se tachaba el ausente”, precisó.
Las puertas del colegio nunca se cerraban, aseguró, por lo que los alumnos podían ingresar al colegio en cualquier momento. 
Según la denuncia de la testigo Norma Beatriz Ríos, el 11 de octubre vio a Willy Ríos ingresando a un bar en compañía de tres chicas, entre ellas Silvia Andrea. Luego salieron el muchacho y las otras dos jóvenes. Horas más tarde el mismo Ríos y Marciano Benítez volvieron al lugar y entre ambos sacaron a la víctima del bar y la subieron a un coche. Una semana después fue hallada muerta.

Recuerdos “borrosos”
En la víspera se presentaron seis testigos, entre ellos Natal Pimentel (59), otro que no se acordaba de mucho con relación a sus primeras declaraciones en la causa.
Ante la pregunta de la fiscal, el hombre recordó que escuchó una conversación entre dos personas, entre ellos su consuegro, donde decían que el ex comisario Miguel Ángel Silvera (53), imputado por encubrimiento, estaba “buscando algún culpable” y habría solicitado que declaren en contra de un sujeto de apellido Ramos. En total son cinco los policías acusados.
Sobre la presunta participación de los uniformados, también resultó interesante el aporte de Carmelino Maciel (43), hermano de Bertolina Maciel, la madre de Silvia Andrea González. El testigo comentó que en su condición de tío fue uno más entre quienes salieron en busca de la víctima junto a otros familiares y allegados.
“Los policías acompañaban a la familia, pero la iniciativa para buscar y para dónde ir era de la familia. Se buscaba sólo en el trayecto de la casa al colegio”, precisó.
Asimismo, complicó a Marciano Benítez, ya que un sujeto de apodo “Bocanegra” le comentó que un día citado le dijo “para ir a tirar un bulto con el coche de Pérez (que manejaba Benítez)”. Entonces Maciel le pidió más detalles porque Silvia Andrea era su sobrina y estaba desaparecida, a lo que Bocanegra respondió: “No, metí la pata”, se agarró la cabeza y se fue.
Maciel es empleado municipal, aunque aseguró que nunca fue presionado por el intendente Ríos para no participar en las marchas por justicia. En este punto, transcurrida más de la mitad del debate, quedó explicitado que actualmente varios testigos tienen relación laboral con la familia Ríos o allegados.
En tal sentido, ante una pregunta del Tribunal, Cristian Muñoz comentó que trabaja en un secadero que sería de un empresario cercano al alcalde viereño.
“No me acuerdo de nada”, fue lo primero que dijo el testigo, quien al momento del hecho tenía cinco años. Por ello, la defensora de Benítez se opuso a que se incorpore su declaración por lectura, solicitud denegada por el Tribunal. 
A su turno, Liliana Carballo (44) comentó que una noche no se sentía bien y le dijo a su esposo para sentarse afuera. Fue así que desde el patio de su casa vio que Marciano Benítez alumbró alrededor del auto que conducía. “Alguien le preguntó ¿si se entera la Policía?, y Benítez le contestó: “Si se entera la Policía decimos que matamos una vaca” y se rieron”, aseguró.
En el primer día del juicio el Tribunal declaró en rebeldía al ex policía Carlos Pablo Miquetán (59), uno de los cinco uniformados acusados de encubrimiento, ya que no se presentó al debate. En consecuencia ordenaron su inmediata detención.
 Ayer, Miquetán se hizo presente por primera vez, pero salió del recinto antes del inicio del debate y no regresó.