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24 de marzo de 2012

No estábamos preparado para la guerra" Dijo Federico Marx, ex combatiente de Malvinas


Federico Marx, Ex combatiene de Malvinas.

A casi treinta y cuatro km de El Soberbio, por la ruta costera Juan Pablo II, hay una historia que muy pocos conocen, que merece ser conocida. Allí, junto al majestuoso río Uruguay vive junto a su esposa e hija Federico Marx, un ex combatiente de Malvinas.  Así  
como en toda la provincia de Misiones y en la Argentina hay personas que se jugaron la vida por la patria y que en muchos casos no fueron y no son reconocidos. Federico Marx, de 49 años, casado hace 28 con Sesimbra nos cuenta su historia. “Yo estaba haciendo el servicio militar en el glorioso Regimiento IV de Infantería, ya faltaban pocos días para salir de baja, tendríamos que haber salido en Mayo del 82 y en Abril se arma el conflicto bélico con Inglaterra, yo estaba como cocinero del casino de sub oficiales de la sección destino, pensé que no me tocaría  ir al conflicto, pero nos informaron que todos los soldados clase 62 debíamos ir al conflicto bélico, fijate que de limpiar y cocinar a una guerra….”  Marx manifiesta que “nos dijeron que el objetivo era que teníamos que ir a cubrir guardias en Rio Gallego o Comodoro, pero no se que pasó que pasó en el medio que tuvimos que ir a Malvinas”. Al referirse al recorrido realizado antes de viajar a las Islas,  “ De Monte Caseros fuimos  Paraná en tren y luego en avión si asientos a Comodoro Rivadavia, allí estuvimos una semana luego a puerto Argentino. "Yo estuve en Dos Hermanas" dice. Con respecto a como es el clima, como es Malvinas, Marx manifiesta que “Lo que mas se asemeja a lo que es Malvinas es la película Iluminados por el fuego, mucho frío, todo abierto y un frío cortante, viste cuando en una escena cavan una trinchera y se llena de agua’ tal cual, así es, vos cavabas medio metro y al ratito se llenaba de agua, imaginate si vas a estar ahí adentro..."  Al referirse a como tomó la decisión Marx responde que “nos sorprendió mucho, porque no estábamos preparados para ir a un conflicto así, al menos yo” señala.  “Tuve 45 días de práctica de armas, fui de la vida civil a la vida militar en un abrir y cerrar de ojos, me dieron un arma istalassa, era abastecedor de ese arma, fue un cambio brusco” expresó. “Recuerdo a un encargado de compañía, un tal Aparicio que nos decía hasta hoy todo fue juguete, a partir de ahora, estamos en guerra, tenemos que hacer lo posible para defender a la patria y a nosotros mismos”. Con respecto a las armas si funcionaban o  no, Marx señala “que funcionaban, no en un cien por cien, en un metro a veces los soldados erraban el blanco, no sé si por mala puntería o estaban descalibrados o tenían los caños torcidos”, y recalca la improvisación con la que se fue a una guerra, “yo era abastecedor de armas y no sabía  donde estaba las municiones de la Istalassa, si soy abastecedor tengo que tener como y con que reponer”. Mucho se habló, se habla y segurmante se va  seguir hablano sobre la comida, si se alimentaban o no los soldados, si les llegaba lo que la sociedad argentina donó en su momento, con respecto a la comida,  “comíamos, no podíamos estar de panza llena, pero cuando pasaba algo teníamos que comer ovejas”.  “En Prado del Ganso donde estuvo Seneildín hubo combates que le costaron la vida a varios soldados argentinos. En la noche del 13 al 14 de junio perdimos a nuestro jefe de grupo, el sub teniente Silva  y a un misionero, Gregorio Alfredo, es mas, en Posadas hay un centro de ex combatientes que lleva su nombre”. Al referirsea a como se sientes a casi treinta años de ese conflicto Marx expresó que “A pesar de que pasaron los años, sentimos un total abandono por parte de autoridades municipales y provinciales por lo que fuimos y somos, pusimos la vida por al patria y hoy son muy pocos los que pueden hacer eso, Tenemos una pensión nacional y una provincial en negro que son 900 sin recibos, si nada. Por ej en Chaco, que es pobre a comparación de Misiones están cobrando una pensión provincial que es el 80 por ciento de la nacional, obra social de Pami poco cubre nuestra necesidades”. “Con otros ex combatientes nos contactamos siempre los de acá, con los de San Vicente también  aunque es menos frecuente, recordamos a veces lo que pasamos” recuerda, es mas, “Cuando vivía en Paraje  Pepirí, en un operativo de las fuerzas militares hace unos años, me encuentré con un sub teniente cuando estaba en el servicio militar y me lo encuentro que ya era capitán, fue muy emotivo ese abrazo. Marx recuerda que "también vinieron de Buenos Aires, llegaron a mi restaurante que se llama “MALVINAS”, la gente ve el nombre llega". "Empezamos a ser reconocidos durante el gobierno de Menem que pagó una pensión nacional, hoy Gracias a los Kirchner nos están recompensado, somos s mas valorados, mas incluidos en la sociedad". Al ser consutado sobre que hará el próximo 2 de Abril, Marx señala que en principio tenemos un emprendimiento y hay que trabajar; veremos si nos hacen un acto acá en El Soberbio; y te puedo decir que el único intendente que nos hizo un asado en su momento fue Juan Carlos Argañaráz, el resto nadie, mirá que  cuando terminó todo vinimos hasta Posadas en tren y desde ahí a El Soberbio a dedo, así viajamos". En un momento dado queda un silencio en el medio de la charla, la consulta va en como vivieron sus padres el hacho que haya estado en Malvinas  "Ni se enteraron, era poca la información que recibían, mi padres se enteraron practicamente cuando volví, en cada 2 de abril ninguno me daba un abrazo, un beso era algo que quedó en el pasado, pero no les recprocho nada" dice.

Con respecto a la anécdotas, “hace unos años llegó a mi comedor una señora de Las Breñas, Chaco, me pregunta el porque del nombre del comedor “MALVINAS”, le cuento que estuve en las islas en combate y me pregunta si no habia visto  al hijo, me muestra una foto, se me erizó la piel, fué algo muy fuerte, esa señora me dacía que no sabe que pasó con su hijo, donde está, y así cuantos casos habrá que no conocemos”.

Marx sigue su relato ante la atenta mirada de su esposa e hija, cuenta algo que es vox populi, “cuando terminó el conflicto, no dijeron que el soldado que habla de lo que pasó allá, lo traemos y nunca mas de baja”.  Sesimbra, esposa de Federico, manifestó “nos casamos en el 83, al principio fue muy duro, él se sentaba y no hablaba se quedaba horas callado, ahora lo veo mejor, fue muy Duro”. Hoy, a casi 30 años del conflicto bélico con Inglaterra, Federico trabaja en un emprendimiento familiar, tiene un comedor a la vera de la ruta costera II, que se llama “MALVINA”, al igual que su hija, a metros nada mas del Río Uruguay, que calma y templa el espíritu de un soldado que arriesgó su vida por defender un pedazo de suelo, lejano, frío y querido por todos.