El titular del juzgado de instrucción Nº 3 de Santiago de Compostela citó a declarar, en carácter de imputado, a Francisco José Garzón Amo, el maquinista del tren que descarriló ayer en la jornada de ayer, ocasionando la mayor tragedia de trenes en suelo español, de los últimos 50 años.
El trágico accidente dejó, hasta el momento, 79 muertos y unos 130 heridos. En el convoy, con dos máquinas y ocho convoyes, viajaban 222 pasajeros y cuatro tripulantes. Todos los indicios apuntan a un exceso de velocidad como causa del siniestro: el tren circulaba a 190 kilómetros por hora en una curva limitada a 80, según el reconoció maquinista, que sufrió heridas leves. Sin embargo, en la recta previa a la curva cerrada, llamada A Grandeira, pueden alcanzarse los 250 kilómetros, según se indica en el sitio de noticias del diario El País de España.
Sobre las causas, el delegado del Gobierno, Samuel Juárez, indicó al mismo medio que hay una investigación abierta. "Con todas las cautelas, los motivos han sido un descarrilamiento y es posible que la velocidad haya tenido algo que ver", afirma. El secretario general del sindicato de maquinistas, Juan Jesús García Fraile, según el mencionado diario español, sostiene que las causa pueden ser "una suma de circunstancias".
La vía cuenta con un sistema de control denominado ASFA, más antiguo que el ERTMS, que cuenta con un mecanismo que frena los trenes automáticamente cuando exceden la velocidad permitida. La vía había sido renovada para adaptarla a la alta velocidad, pero no el sistema de señalización. El tren es un serie 730, un híbrido con tracción diésel y eléctrica, prácticamente nuevo.
