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24 de septiembre de 2012

Pese a mayor ingreso de dólares, las reservas tampoco crecerían en 2013


(misionesonline.net) Las reservas internacionales tampoco aumentarían el año próximo, luego de la decisión del gobierno de extender el uso de las mismas, más allá de la cancelación de deuda. Sin el pago del cupón PBI, se estimaba que el uso de reservas llegaría a los u$s 4.500 millones. Sin embargo, el proyecto de Presupuesto 2013 dispuso que también se utilizarán para financiar gastos de capital, elevando el monto a ser utilizado a casi u$s 8.000 millone
Éste es el segundo año consecutivo en el que se registraría merma de reservas. En el 2011 se perdieron u$s 5.800 millones y ahora el saldo arroja un negativo de poco más de u$s 1.000 millones. Pero lo más probable es que la pérdida resulte mayor si se tiene en cuenta que en diciembre vencen u$s 3.500 millones correspondientes al cupón PBI. El stock actual de reservas se ubica en u$s 45.200 millones. Se trata de un nivel que se ubica unos u$s 300 millones por debajo de lo que había el 10 de diciembre de 2007, cuando asumió su primer gobierno Cristina Kirchner. Claro que en estos casi cinco años de gestión, se pagaron casi u$s 30.000 millones por vencimientos de deuda, tanto a bonistas como a organismos multilaterales.
Para el año próximo se esperaba un escenario más holgado para la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont, por dos factores: en primer lugar, entrarán entre u$s 5.000 y 6.000 millones adicionales por la suba de la soja y la mayor producción agrícola que se espera para esta campaña. Y, al mismo tiempo, los vencimientos de deuda bajaban sustancialmente, ya que todo indica que no se gatillaría el pago del cupón PBI.
El principal vencimiento es, por lo tanto, u$s 2.000 millones del Bonar VII, que paga la totalidad del capital en septiembre. También vence el BODEN 2013 (apenas u$s 250 millones) y los intereses de distintos bonos en dólares, como el Par, el Discount y el BODEN 2015. Pero entre todo suma poco más de u$s 4.500 millones.
Por lo tanto, ante el mayor ingreso de dólares y la menor utilización por vencimientos de deuda, el escenario era propicio para que gradualmente comenzara a recuperarse el stock. Pero el gobierno optó por usar más reservas en un año electoral, aunque todavía no específico cuál será el destino de las mismas. Algunos especulan que serán aplicadas a obra pública, otros a la importación de energía o a las millonarias inversiones que precisa YPF.
Este uso intensivo de divisas deja en claro, eso sí, que el cepo cambiario no será ni removido y probablemente tampoco aflojado el año próximo Así lo dejó trascender, además, el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, que defendió su aplicación. Sucede que con la decisión de aplicar reservas para financiar gastos de capital que tenga por delante el gobierno nacional, se toma una decisión muy clara: priorizar los dólares para las necesidades del gobierno (pago de deuda y financiar gasto), desplazando al sector privado. La consecuencia es que las empresas difícilmente sean autorizadas a acceder al mercado cambiario para girar utilidades al exterior. Para el público se mantendrá la prohibición de atesoramiento de divisas que rige desde principios de julio de manera formal.
El mismo cepo que impide la salida de dólares es, al  mismo tiempo, el que aleja la posibilidad de que ingresen divisas. Por eso, lo más probable es que continúe la “sequía” tanto para provincias como para empresas en lo que respecta a la colocación de deuda en los mercados internacionales. La escasez de dólares financieros también impacta negativamente en las posibilidades de que aumente el stock en poder del BCRA.
La acumulación de reservas que llevó adelante el gobierno kirchnerista en la gestión de Néstor Kirchner cambió sustancialmente tras la asunción de Cristina. En la segunda etapa, se privilegió el uso de reservas para cancelar deuda, ante la imposibilidad del gobierno de acceder al mercado de capitales. Como el riesgo país continúa en niveles muy elevados, la situación no ha variado sustancialmente. Lo mismo sucede con la necesidad de realizar inversiones a largo plazo: lo lógico es que las mismas sean financiadas con préstamos internacionales. Pero como la tasa es muy elevada, entonces se opta por cubrir parte de esas necesidades con reservas.
Con esta decisión, se deteriora cada vez más la cobertura de los pesos en circulación en relación con las divisas en poder del Central. Sin embargo, como el cepo es tan fuerte, la posibilidad de que se crezca la fuga de capitales es más bien baja, ya que los circuitos se cerraron en forma sustancial. Claro que el aumento en la cantidad de pesos en circulación siguen presionando sobre la inflación y eventualmente podrían aumentar todavía más la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, que actualmente se ubica en el 35%.