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18 de febrero de 2011

Con un impulso del corazón, salvó a su primo mordido por una víbora

(yamisiones.com) A Rodrigo lo atacó una yarará. Gabriel, sordomudo, entendió las señas del primo y evitó que muriera. Gabriel Molina no dudó un sólo segundo y se dejó llevar por el impulso de su corazón: este nuevo héroe de 17 años de la localidad cordobesa de Cosquín se abalanzó sobre su primito Rodrigo, de 9, que había sido picado por una víbora yarará : le succionó con la boca el veneno y le terminó salvando milagrosamente la vida. “El está feliz de haber ayudado a Rodrigo y yo orgullosa de tener un hijo como Gabi”, dijo a Clarín Miriam Molina, la mamá de Gabriel (sordomudo de nacimiento) que hizo las veces de intérprete durante la entrevista que este diario mantuvo ayer con el joven.

Esta historia de solidaridad, coraje y muchísima valentía comenzó a escribirse el martes a la siesta en el cerro Pan de Azúcar cuando Gabriel, Rodrigo y cuatro chicos más decidieron trepar la montaña a buscar duraznos. “Cuando tenían varias bolsas llenas y empezaron a bajar, mi hijo metió el pie en un hueco y sintió un fuerte pinchazo ”, relató la mamá de Rodrigo, mientras aguardaba ver a su nene en el Hospital de Niños de esta capital. El pinchazo habría sido la mordida de una yarará, víbora venenosa (ver La yarará ).

Con los dientes marcados bien cerca del tobillo derecho, el pequeño de 9 años cayó al suelo y comenzó a rodar del ardor . A los gritos, pidió ayuda a sus compañeros que salieron corriendo del susto. Pero Gabriel, que estaba de espaldas, nunca lo escuchó y se quedó allí sin saber lo que estaba sucediendo. Rápidamente y para que lo auxilie, Rodrigo tomó un durazno de la bolsa y se lo tiró en la espalda : el “Pelado” –así lo apodan al héroe– se dio vuelta y al comprender la situación se tiró encima de su primo y le succionó el veneno que había en la herida , algo que no se recomienda (ver recuadro ). “Él dice que después de que chupó, escupió algo color marrón mezclado con sangre”, relató Miriam, la mamá de este cordobés que está por cursar quinto año del colegio y, además, trabaja en un mercado de verduras para ayudar a su familia.

Con Rodrigo desesperado del dolor y parte del veneno en su boca, Gabriel lo cargó en sus brazos y caminó por el monte unos 500 metros hasta encontrar ayuda. Allí, un hombre de nombre Walter los subió a una moto y avisó a la Policía. De inmediato, los dos jóvenes fueron trasladados por un patrullero y quedaron internados en el Hospital Dean Funes, de Cosquín, donde Gabriel recibió el alta 24 horas después.

“Mi hijo iba en el auto y le decía a los policías que se iba a morir como su papá”, sostuvo la mamá de Rodrigo. El papá del pequeño murió hace 4 años y, desde entonces, Paula lleva adelante su casa y se las arregla como puede para mantener a sus otros once hijos .

Ayer, en el barrio José Obrero de Cosquín –una localidad ubicada a 40 kilómetros de la capital cordobesa–, todos los vecinos pasaron por la humilde casa para felicitar al “Pelado” . “El quiere ver a Rodrigo y darle un abrazo muy fuerte . Mi hijo es muy solidario y siempre está cuando alguien necesita una mano”, señaló con el orgullo a flor de piel Miriam. Mientras, Gabriel, contento, jugueteaba con sus primos en la calle de tierra.

En Córdoba capital, Paula, la mamá del pequeño que fue salvado por su sobrino, el “Pelado”, contenía ansiosa un abrazo desde el alma . “Fue un milagro. Quiero agradecerle de corazón a Gabi lo que hizo. Hoy, mi hijo vive gracias a él ”, concluyó.