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2 de abril de 2013

“El orgullo por ser excombatiente es único”

(territriodigital.com) Juan José Stelmaszczuk sobrevivió al hundimiento del Belgrano. Hoy sueña con un lugar para los veteranos.
 31 años del desembarco argentino en Malvinas y el inicio de la guerra contra el Reino Unido para la recuperación de la soberanía en las islas, el reconocimiento a los combatientes por parte de la sociedad se torna más visible. Pero para Juan José Stelmaszczuk (54), uno de los veteranos misioneros, el reconocimiento, el recuerdo y la memoria están presentes todos los días.
Hoy trabaja como portero en la Escuela N° 638 de Apóstoles y tiene cuatro hijos. “Me costó hablar, mis hijos supieron ya de grande, cuando yo consideré que tenía que contarles. Nosotros nunca hablamos, nos cuesta. Hay muchas cosas que uno tiene adentro”, confesó.
Juan nació en Buenos Aires y a los cuatro años se trasladó a Misiones junto a su familia. Trece años más tarde, se incorporó a la marina. En 1977, ingresó a la fuerza armada y fue marinero de primera en el destructor Piedrabuena. Luego, con 20 años, se embarcó al General Belgrano, el cual se hundió tras un ataque británico durante la Guerra de Malvinas.
El hundimiento se produjo el domingo 2 de mayo de 1982 y causó la muerte de 323 argentinos, prácticamente la mitad de las bajas del país en todo el conflicto. 
Aunque suene paradójico, Juan disfruta de su tiempo libre navegando y pescando en el río. Se definió como “muy católico” y defensor de su escuela. Tiene dos sueños: uno es ver la bandera argentina flameando en la isla y el otro, construir un centro para excombatientes en Apóstoles.

El hundimiento y la injusticia“Hay noches que no se duerme y más en esta época. Yo siempre tengo que tener una lucecita prendida. Son cosas que desgraciadamente quedaron”, comentó Juan, durante la entrevista con El Territorio.
Ese 2 de mayo de 1982, el torpedo británico impactó por el lado izquierdo del Belgrano. Allí llegó lo peor: la explosión, e inmediatamente comenzó a inundarse el barco. “Donde yo dormía estábamos todos los compañeros de electricidad. Sólo un chico se prende atrás mío y yo lo único que hago es salir por una salida de emergencia. Pude contener la respiración y salimos juntos hasta la cubierta superior”, recordó.  
Sólo Juan y su compañero lograron salir con vida de la parte baja del crucero, a unas tres cubiertas bajo el nivel del agua. Abandonaron el barco, se subieron a las balsas y comenzaron a naufragar. 
En la balsa eran cerca de 19 personas, tenían una radio para transmitir y tomar contacto con los rescatistas. En total, permanecieron 35 horas en la balsa donde soportaron temporales con olas de tres y cuatro metros. A las ocho de la noche del otro día fueron rescatados.  
Seis meses después del hundimiento del Belgrano, lo embarcan en un rompehielo hacia Bahía Paraíso en la Antártida. “No estaba en condiciones psicológicas como para navegar. Pedí al comandante para que me desembarcara, pero me la negaron. Entonces hice la campaña antártica y me fui. Ese es uno de los motivos por el cual yo estoy acá, si no hoy sería oficial mayor retirado”.
Navegar en la Antártida significó enfrentarse nuevamente al temor que le provocaba el sonido del barco golpeando contra los témpanos. Por eso, Juan prefirió dormir en la grúa y no en los camarotes. 
“Yo estuve en la zona de la explosión del Belgrano. Al sentir el golpe de un témpano en el casco del barco, no podía dormir. Pasé tres meses, me banqué pero llegué a tierra y me fui. Esa es una de las injusticias. Yo no culpo a la marina, pero a mí me afectó económicamente, psicológicamente, porque me tuve que venir sin nada. En el crucero se quedó todo lo que tenía. Me di de baja y llegué a la casa de mis padres en Apóstoles, sin trabajo, sin tratamiento psicológico o asistencia médica”.
Al llegar a Misiones, pasó un tiempo hasta que consiguió trabajo en la escuela. Hoy se siente orgulloso de ser portero pero también critica la falta de protección por parte del Estado en ese momento: “Esa fue una de las primeras contradicciones. Conseguí trabajo en la escuela por parte de una tía mía que era directora, si no no conseguía, siendo que había una ley que decía que los trabajos en administración pública eran para todos los combatientes”. 

Deudas de ayer y hoy    
Recién el año pasado, Juan contó que le realizaron un examen físico y psicológico en el Colegio Liceo Storni, de la Armada Argentina. “Pasaron 31 años y me hicieron para ver si yo estaba loco, herido o roto. No puede pasar eso”. 
Para el excombatientes, todavía existen varias deudas, sobre todo con el interior de la provincia: “Siempre digo que las leyes provinciales son muy discriminativas... La gente que está en Posadas es muy distinta a la del interior. Si usted habla con los excombatientes de allá ellos están bien”. 
El centro de veteranos de Apóstoles cuenta personería jurídica y poseen un terreno, pero necesitan dinero para la construcción. “No estamos haciendo algo para nosotros, no es algo personal, eso va a quedar para la gente, para nuestros hijos y nuestros nietos”.

Orgullo histórico“El orgullo por Malvinas y por ser excombatiente es único”, expresó Juan y luego admitió: “La armada me preparó para estar en combate, porque si me salvé es porque estuve preparado. Después, si la gente que se tuvo que ocupar y no se ocupó de las personas, esa es otra historia”
Sobre la posibilidad de recuperar la soberanía argentina sobre el suelo de Malvinas, opinó: “Como excombatiente, como alguien que perdió amigos por una causa justa, por la vía pacífica ojalá se llegue a un acuerdo pero hay que tratar de encontrar alguna forma para explicarle a esa gente, que eso es nuestro. Ya sabemos que el método no es la fuerza. Pero soltar las Malvinas por el diálogo yo creo que no resultará, y me duele decirlo”. 
 Por último, rescató la oportunidad de contar la historia en primera persona: “Nosotros estamos contando historias reales en persona, mañana será el libro. Por eso necesitamos un lugar físico. Tengo la madera de la cubierta del Belgrano original, la tengo guardada como reliquia, y eso el día de mañana tengo que dejárselo a alguien”. 


Actos en misiones
• ACTO CENTRAL: Será en Apóstoles a las 10 en la Plazoleta Malvinas, entre Avenida Malvinas y Mitre con la presencia del vice-gobernador Hugo Passalacqua.
• SAN VICENTE: Hoy se realizará el acto por el “Día del veterano de Guerra y caídos en la guerra de Malvinas” en la plazoleta “Las Malvinas” ubicada sobre avenida Del Libertador. La concentración está prevista para las 9 y el inicio del acto a las 9.30.
La conmemoración para rendir homenaje a los Héroes de Malvinas es organizada por la comisión de actos y festejos patrios.
• POSADAS: Será a las 9, en el monumento a los caídos en Malvinas ubicado en el tercer tramo de la avenida costanera de la capital provincial. En caso de lluvia, la ceremonia se llevará a cabo en el Centro Multicultural La Costanera, en el cuarto tramo del paseo ribereño.