(noticiasdel6.com) El Tribunal Penal de Oberá fijará en los primeros días de agosto la fecha en que comenzará el juicio oral y público por la salvaje muerte de una estudiante, en un hecho que ocurrió a mediados de octubre de 2001 en Campo Viera. Todos los imputados llegan al juicio excarcelados. La Justicia enfrenta la difícil tarea de reconstruir un caso donde se mezclan prostitución, droga y política. Una década después la familia de la víctima reclama el fin de la impunidad. Bajo la presidencia de José Pablo Rivero y con dos jueces subrogantes que no pertenecen al fuero penal, el Tribunal Oral de Oberá juzgará a las personas que se hallan procesadas por la violación y muerte de la estudiante de Campo Viera Silvia Andrea González (15), hecho que se produjo en octubre de 2001. Lo publica el Semanario
en su edición Nº 86
Como María Soledad 
El crimen tiene los mismos condimentos que el caso de la estudiante catamarqueña María Soledad Morales: prostitución, droga y el poder político salpicado por la sangre de una joven soñadora que empezaba a caminar la vida. Al igual que en esa lejana provincia, en la zona Centro de Misiones los involucrados buscaron por todos los medios evitar sentarse en el banquillo de los acusados.
El homicidio de Silvia Andrea también pasará a la historia como uno de los hechos judiciales más bochornosos de la provincia. Dos de los imputados, Marciano Benítez y Fabiana Cantero, pasaron tras las rejas casi nueve años esperando que la Justicia enviara el expediente a juicio. Jueces, abogados y fiscales consideraron a esa demora como injustificable.
Silvia Andrea González desapareció el 11 de octubre de octubre de 2001 cuando regresaba del colegio. Su cuerpo apareció siete días después al costado de un camino vecinal, ya en avanzado estado de descomposición. Sin embargo, los médicos forenses establecieron que había sido abusada sexualmente y luego asfixiada.
Los detenidos
Por el hecho fueron detenidos, procesados y enviados a juicio Benítez y Cantero. El primero -puntero político del intendente municipal Juan Carlos Ríos- fue considerado el autor material del homicidio, mientras que la mujer habría actuado como entregadora, de acuerdo con la investigación realizada por el Juzgado de Instrucción 2 de Oberá.
A fines de 2003, la pareja fue sentada en el banquillo de los acusados para ser juzgada por el delito de homicidio calificado. El debate transcurría sin sobresaltos hasta que una testigo nueva ofrecida por la Fiscalía, Norma Beatriz Ríos, aportó información hasta ese momento desconocida por la Justicia. La mujer contó que el día que desapareció Silvia Andrea la vio ingresar al bar y prostíbulo de su tía junto a dos chicas y un muchacho.
La mujer agregó que esas jóvenes se retiraron del lugar poco después y luego el muchacho. Más tarde, ya en horas de la noche, dos hombres subieron a la víctima casi desvanecida a un automóvil y partieron velozmente del lugar.
La testigo indicó que en ese momento no pudo identificar al joven, pero luego lo vio en una unidad básica del pueblo durante una reunión política y se enteró que era el hijo del intendente de Campo Viera.
Ante el inesperado giro, el Tribunal ordenó la suspensión del debate, la detención de Hugo Dante “Willy” Ríos -hijo del alcalde- y de Natividad Rivero -dueña del prostíbulo-bar; y que el Juzgado de Instrucción 1 realizara una instrucción suplementaria para corroborar los dichos de la testigo.
Otra vez a juicio
A principio de 2006, la jueza Alba Kunzmann de Gauchat elevó la causa a juicio nuevamente por los delitos de “privación ilegítima de la libertad, abuso sexual con acceso carnal y homicidio”. En ese expediente, tan voluminoso como amarillento, figuran como procesados Ríos; Marciano Benítez, puntero político y dueño del local donde funcionaba una unidad básica y donde habrían ocurrido la violación y el asesinato; y Fabiana Cantero, acusada de “entregar” a la adolescente.
Distintos planteos judiciales realizados principalmente por la defensa de “Willy” -estuvo cinco años detenidos en una clínica psiquiátrica devenida en cárcel VIP - hizo que el debate no se pudiera realizar antes. El joven logró ser “excarcelado” en 2008, tras permanecer privado de la libertad durante cinco años. Benítez y Canteros debieron pasar casi nueve años tras las rejas antes de ser beneficiados con la misma medida.
Los integrantes del Tribunal Penal de Oberá se inhibieron de intervenir porque ya participaron del primer fallido juicio y también resolvieron algunas apelaciones durante la investigación. Ahora el triunvirato de jueces está integrado por el nuevo camarista, José Pablo Rivero, y otros dos magistrados que probablemente provengan del fuero civil.
A una década del crimen, ¿mantendrán vivo el recuerdo los testigos?, ¿osarán señalar con el dedo acusador al hijo del intendente del pueblo?. Mientras, una familia y un pueblo esperan Justicia y lloran la ausencia de Silvia Andrea.