El ministerio de Ecología, junto a la Policía y la Gendarmería, brindaron ayer detalles del operativo realizado el último jueves, cuando lograron decomisar una carga de madera nativa cuyo valor supera el millón de pesos.
La madera fue apeada de manera ilegal y estaba a punto de ser contrabandeada cuando llegaron los guardaparques y las fuerzas de seguridad.
Ayer, la ministra de Ecología, Viviana Rovira, junto al ministro de Gobierno, Jorge Franco y las autoridades de las fuerzas de seguridad, dieron una conferencia de prensa en la que revelaron que se investiga ahora al dueño de un aserradero que estaría seriamente involucrado en el contrabando de la madera.
Se trata del dueño del establecimiento ubicado a unos 500 metros del playón donde fueron encontrados 590 rollos, en la ruta costera Nº 2.
La madera de primera calidad, de procedencia ilegal, habría tenido como destino el aserradero para su posterior comercialización. También habría vinculaciones con el robo de madera en la reserva Yabotí.
Con antecedentes
En el Ministerio de Ecología, la titular de la cartera Viviana Rovira; el ministro de Gobierno, Jorge Franco y el jefe de Policía, Benjamín Roa oficializaron el secuestro de tres mil metros cúbicos de madera de primera calidad, el pasado 28 de diciembre, en un predio sobre la ruta Costera 2, situado aproximadamente a dos kilómetros del casco urbano.
El valor estimativo de la madera elaborada es superior al millón de pesos. Se decomisaron 590 rollos de los cuales se estiman que consisten en 3.500 metros cúbicos. La madera es nativa del grupo A (Cedro, Guatambú, Loro Negro y Guayubira) y también Angico, Laureles, Incienso y otros, grupos B y C.
La madera había sido acopiada en un galpón que tendría un año de existencia, por lo que no se descarta que el volumen sea mayor al que fue decomisado.
Ratificaron la profunda investigación del caso, cuyas primeras sospechas apuntan a un aserradero ubicado a unos 500 metros del lugar del operativo.
El subdirector general de Seguridad, comisario mayor Hugo Del Valle Pais manifestó que una de las hipótesis considera que la madera tenía como destino al establecimiento para su posterior comercialización.
El aserradero ya estuvo bajo la lupa y fue allanado tras la denuncia del apeo ilegal de unos 180 rollos de los lotes 9 y 10 de la reserva de Biosfera Yabotí.
