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6 de mayo de 2014

Policías y retirados de la fuerza manejarían riñas de gallos en Oberá

(territoriodigital.com) Policías en actividad y retirados, con respaldo de funcionarios del Poder Judicial, tendrían a su cargo un circuito clandestino de riñas de gallos en esta localidad y diferentes puntos de la zona Centro.

Se trataría de una verdadera organización dedicada a la cría y venta de animales, como también a la organización de las peleas con apuestas y venta de alcohol en lugares ocultos de algunos barrios.

Si bien esta actividad está prohibida por ley, en varias puntos de la provincia siguen criando gallos de riña. Incluso, contrabandean animales del Brasil para mejorar la genética local.

En ese contexto, vecinos de Villa Blanquita se contactaron con este medio para aportar una serie de datos respecto de los movimientos de un suboficial retirado que cría gallos de riña en su propia casa, ubicada sobre la calle Larrea.
“Se trata de un negocio redondo, porque aparte de las apuestas, la misma gente se dedica a la cría y venta de estos animales. Toda su vida este hombre se jactó de tener contactos con la Justicia y se ríe en nuestras caras de la prohibición que rige. La Policía sabe pero hacen la vista gorda porque hay varios prendidos”, indicó un comerciante de la zona.
 Y en el barrio todos conocen las actividades del ex uniformado, al punto que lo apodaron el “hombre de los gallos”. Además, es imposible que su actividad pase desapercibida, ya que cría a los animales en la parte trasera de su casa y es constante el cacareo.
La Ley Nacional 14.346 prohíbe explícitamente las riñas de gallos, desde 1986. Pero la práctica persiste y muchos animales terminan ciegos, mutilados o mueren.
 En torno al juego se manejan apuestas que se realizan a viva voz entre los dueños de los gallos y los asistentes, quienes exhiben sus billetes para que el contrincante acepte la apuesta.
 Un conocedor del entorno precisó que son usuales las riñas en Oberá, Campo Ramón, Guaraní y Alvear. “En la colonia hay mucha gente que sigue las riñas por tradición, pero los que organizan son de Oberá. La Policía no puede decir que no sabe, menos en los pueblos chicos. Pero es un negocio y a muchos les conviene, si hasta cobran la entrada”, argumentó.
 Indignado por la situación, instó a las autoridades e instituciones a tomar cartas en el asunto para evitar el innecesario maltrato animal. “Ojalá la Municipalidad o la Asociación Protectora se preocupe, porque está visto que la Policía y la Justicia miran para otro lado”, subrayó.
 Antecedente local
Por otra parte, vecinos de Caballeriza expresaron su preocupación por las actividades en un local donde se organizan riñas de gallos que genera discusiones, peleas y hasta heridos, todo ante la indiferencia de las autoridades policiales que hacen caso omiso a los reclamos de los habitantes del barrio.
 “Los vecinos ya no sabemos a quién recurrir y hasta tenemos miedo de denunciar porque llamamos muchas veces a la Policía y no dan artículo. No sólo apuestan, toman y pelean. La semana pasada hubo un herido con machete y en cualquier momento van a matar a alguien”, comentó un vecino de calle Finlandia.
 Precisó que la riña se realiza en un galpón situado detrás de la vivienda de material del propietario del terreno, donde se produce la matanza de los animales.
 Al respecto, señaló que “más allá de que la autoridad no controle, nosotros tenemos miedo porque los apostadores consumen alcohol y pelean. Dicen que vienen algunos con revólver, gente pesada”.
 Contaron que antes de los combates los alimentan con zanahoria y miel para que los animales tengan más fuerza. Además, les colocan púas para que los ataques sean más mortíferos.