La Fundación Vida Silvestre Argentina señala al corrimiento de la frontera agropecuaria, la conversión de bosques en tierra para el monocultivo y las represas como las principales razones de las inundaciones que están afectando a la Mesopotamia, Formosa, Chaco y parte de Brasil y Paraguay.
Los desastres naturales registrados durante el último mes dan muestra del mal uso de los recursos naturales en el Alto Paraná. La deforestación de los márgenes de grandes ríos y arroyos en el Alto Paraná, de la mano de la conversión de superficies de bosques para la producción de monocultivos –principalmente de soja en Brasil y Paraguay- hacen que la tierra pierda su capacidad de absorción y el agua escurra, arrastrando sedimentos, directamente a los cursos de agua.
Esta situación lleva al inmediato incremento de los caudales de los ríos y arroyos, generando inundaciones. A esto, se suma la existencia de varias represas sobre los cursos de aguas, en su mayoría en territorio brasileño, que alteran el régimen hídrico de los ríos. Cuando las precipitaciones superan los límites de seguridad establecidos las represas se ven sobrepasadas y obligadas a liberar gran cantidad de agua generando inundaciones en las zonas bajas.
Lo anterior se puso en evidencia hace pocas semanas cuando el agua arrasó con buena parte de la obra de la hoy detenida construcción de la represa brasilera Baixo Iguazú sobre el río Iguazú y la reciente ruptura de la central de generación hidroeléctrica de Ponte Serrada, al Oeste del estado de Santa Catarina, Brasil.