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21 de julio de 2014

Las pericias apuntan a que Girula murió indefenso y en el patrullero

(territoriodigital.com) Las pruebas dejarían en evidencia la intención de ocultar el homicidio. Al menos cuatro policías detenidos habrían golpeado al albañil cuando era llevado a la comisaría
De las primeras impresiones, conjeturas y evaluaciones realizadas por los investigadores dela muerte de Carlos Raúl Girula, surge que el albañil de 33 años fue víctima de un “homicidio calificado con alevosía”, que habría sido asesinado a golpes de puño y patadas estando esposado dentro del patrullero de la Seccional Decimotercera, y que los autores y partícipes necesarios se tomaron al menos una hora para intentar encubrir el crimen que sumió en el escándalo a la labor de la Policía misionera.

Se pudo saber que los nueve policías detenidos, seis del Comando Radioeléctrico y tres de la Comisaría Decimotercera, serán llevados a declarar ante el juez de Instrucción Penal, Marcelo Cardozo, entre mañana y el miércoles. También estarían categóricamente marcadas las acciones de los efectivos policiales, que correspondieron al presunto intento por encubrir el crimen.

Una vez que Girula logró ser reducido y esposado en el hotel alojamiento de las avenidas Andresito y Santa Catalina, fue introducido en la caja de la Toyota Hilux de la Decimotercera; para custodiarlo se habrían subido cuatro uniformados, los cinco involucrados restantes se distribuyeron en los tres Chevrolet Corsa del Comando y en la cabina de la camioneta.

Se estima que en el trayecto hasta la seccional mencionada en el barrio Guazupí (chacra 100, en la esquina de las calles 92 y 101), Girula fue literalmente molido a golpes hasta fallecer por la presión del hundimiento del tórax, la rotura de costillas y la perforación de los pulmones. La golpiza fue propinada a un hombre indefenso, esposado y tendido boca abajo.

Una de las firmes sospechas del intento por encubrir el hecho se funda en que en el patio de la comisaría, el cuerpo fue bajado de la camioneta y arrastrado para ser lavado. Luego buscaron también con agua borrar el reguero de sangre que quedó dentro del rodado y acomodar el cadáver al lado del patrullero hasta la llegada del juez de turno. El lugar donde fue depositado el cuerpo no correspondía al movimiento que debieron realizar los policías para bajarlo. La tapa de la caja debió ser abierta y a Girula lo habrían arrastrado hasta dejarlo en el suelo para buscar reanimarlo. Pero a simple vista, como fue depositado no debió ser abierta la tapa.

El sábado por la noche, las pruebas de luminol fueron contundentes: sangre y huellas de arrastre en la caja y en la tapa de la Hilux. Pero también un hilo de sangre en el patio, y manchas donde se presume fue lavado el rostro de Girula. Previa a esta pericia, entre las pertenencias de la oficial de la Decimotercera que estaba a cargo de la comisión que detuvo al albañil fue hallado el celular de la víctima, lo que se evalúa como otro de los intentos por ocultar el crimen.

Vale aclarar que las pruebas con el reactivo luminol fueron realizadas por los miembros de la Secretaría de Apoyo en Investigaciones Complejas (Saic) y ordenadas por el juez Cardozo, luego de las sospechas que generaron los restos de agua sobre el rodado, posibles señales de que fue lavada buscando borrar indicios.