El Gobierno paraguayo del presidente Federico Franco se encontraba más aislado aún ayer tras el anuncio venezolano de que retirará de Asunción a a su embajador y que suspenderá sus envíos de petróleo, y la afirmación del destituido presidente Fernando Lugo de que irá a la próxima cumbre del Mercosur, en Mendoza.
"He ordenado retirar nuestro embajador de Asunción (...). Y también vamos a retirar el envío de petróleo. Lo sentimos mucho, pero nosotros no vamos a apoyar para nada ese golpe de Estado", señaló el presidente venezolano Hugo Chávez en un acto oficial en Caracas.
"A partir de este instante", dijo al ministro de Energía, Rafael Ramírez, "que cese el envío de petróleo producto del Acuerdo energético de Caracas".
Además de los crecientes cuestionamientos a la legitimidad de su gobierno, Paraguay se enfrenta hoy a una posible crisis de institucional. Ayer, tanto Lugo como el canciller del nuevo gobierno, José Félix Fernández Estigarribia, confirmaron su presencia en la cumbre del Mercosur de la próxima semana, en la Argentina.
"Vamos a estar la próxima semana en el Mercosur", el jueves y el viernes en Mendoza, en el norte de Argentina, dijo Lugo ante la puerta de su vivienda. También asistiría a la reunión extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), en Lima. "Como ustedes saben, Paraguay ejerce la presidencia pro témpore de Unasur, el próximo que asume es Perú, nos hemos comunicado con el presidente Ollanta Humala, y vamos a adelantar esa transferencia también".
Consultado sobre si escuchará el pedido del actual presidente Franco para que ayude a Paraguay a mejorar su imagen internacional, Lugo dijo que se trata de un "gobierno trucho (falso); la ciudadanía no acepta a un gobierno que ha roto la institucionalidad de la República, no se puede colaborar con un gobierno que no tiene la legitimidad de la ciudadanía".
En Asunción, en la sede de la cancillería, el actual titular Fernández Estigabia confirmó su asistencia a la cumbre. Franco dio a entender el sábado que no asistirá.
En las calles de Asunción, la situación ayer era de normalidad en el primer fin de semana tras el cambio de gobierno. El centro estaba desierto y los comercios cerrados, como cualquier domingo. En el suburbio de Lambaré, donde vive Lugo, la paz la alteraba sólo el enjambre de periodistas que esperaban sus declaraciones.
Las complicaciones más graves para el gobierno de Franco están por ahora en el frente externo. Sus socios del Mercosur, la Argentina, Brasil y Uruguay, decidieron el sábado retirar o llamar en consulta a sus embajadores, después de que los países de la ALBA (Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua) anunciaron que "no reconocerán" al nuevo gobierno de Franco. Brasil, principal socio comercial de Paraguay (60% del total), calificó -a través de su cancillería- la destitución de Lugo como "ruptura del orden democrático".
"He ordenado retirar nuestro embajador de Asunción (...). Y también vamos a retirar el envío de petróleo. Lo sentimos mucho, pero nosotros no vamos a apoyar para nada ese golpe de Estado", señaló el presidente venezolano Hugo Chávez en un acto oficial en Caracas.
"A partir de este instante", dijo al ministro de Energía, Rafael Ramírez, "que cese el envío de petróleo producto del Acuerdo energético de Caracas".
Además de los crecientes cuestionamientos a la legitimidad de su gobierno, Paraguay se enfrenta hoy a una posible crisis de institucional. Ayer, tanto Lugo como el canciller del nuevo gobierno, José Félix Fernández Estigarribia, confirmaron su presencia en la cumbre del Mercosur de la próxima semana, en la Argentina.
"Vamos a estar la próxima semana en el Mercosur", el jueves y el viernes en Mendoza, en el norte de Argentina, dijo Lugo ante la puerta de su vivienda. También asistiría a la reunión extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), en Lima. "Como ustedes saben, Paraguay ejerce la presidencia pro témpore de Unasur, el próximo que asume es Perú, nos hemos comunicado con el presidente Ollanta Humala, y vamos a adelantar esa transferencia también".
Consultado sobre si escuchará el pedido del actual presidente Franco para que ayude a Paraguay a mejorar su imagen internacional, Lugo dijo que se trata de un "gobierno trucho (falso); la ciudadanía no acepta a un gobierno que ha roto la institucionalidad de la República, no se puede colaborar con un gobierno que no tiene la legitimidad de la ciudadanía".
En Asunción, en la sede de la cancillería, el actual titular Fernández Estigabia confirmó su asistencia a la cumbre. Franco dio a entender el sábado que no asistirá.
En las calles de Asunción, la situación ayer era de normalidad en el primer fin de semana tras el cambio de gobierno. El centro estaba desierto y los comercios cerrados, como cualquier domingo. En el suburbio de Lambaré, donde vive Lugo, la paz la alteraba sólo el enjambre de periodistas que esperaban sus declaraciones.
Las complicaciones más graves para el gobierno de Franco están por ahora en el frente externo. Sus socios del Mercosur, la Argentina, Brasil y Uruguay, decidieron el sábado retirar o llamar en consulta a sus embajadores, después de que los países de la ALBA (Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua) anunciaron que "no reconocerán" al nuevo gobierno de Franco. Brasil, principal socio comercial de Paraguay (60% del total), calificó -a través de su cancillería- la destitución de Lugo como "ruptura del orden democrático".
