Por los relatos de los peones rurales, el Ministerio de Acción
Cooperativa se contactará con autoridades brasileñas para investigar la
veracidad y alcances de las denuncias. Mientras, Derechos Humanos
elevará una queja formal
Distintos organismos provinciales siguen de cerca las denuncias
realizadas por trabajadores rurales de El Soberbio, que relatan que
fueron llevados de manera engañosa a Brasil para trabajar en
plantaciones de cebolla, donde fueron explotados por distintas empresas
del vecino país.
Mientras, los habitantes de los barrios ubicados a la vera del Uruguay
advirtieron sobre la falta de control de las autoridades nacionales y de
la permeabilidad de la frontera, que se presta a todo tipo de
actividades ilegales.
Por los hechos denunciados, el Ministerio de Acción Cooperativa, Mutual,
Comercio e Integración de la Provincia tomará contacto con las
autoridades de los estados sureños del Brasil, para investigar acerca de
la veracidad de las declaraciones.
La ministra Fabiola Bianco en conversación con El Territorio, admitió
que tomó conocimiento de la situación de los trabajadores por medio del
artículo publicado ayer en exclusivapor este medio. Sin embargo,
adelantó que la cartera a su cargo tomará contacto con Brasil para
avanzar en una investigación.
“Vamos a contactarnos con las autoridades del Sur de Brasil para enterarnos de la verdad de esta situación”, detalló.
“Ya indiqué al área específica que se ponga en contacto con las
autoridades para saber quiénes son estas personas que utilizan a esta
gente que denuncia, pero la verdad es que del municipio de El Soberbio
no me comunicaron nada todavía, es todo muy reciente”.
Bianco sostuvo que no es indispensable contar con la denuncia formal de
los trabajadores para encarar acciones desde la cartera a su cargo.
“No se necesita de forma indispensable la denuncia formal, porque acá
quien tiene que reaccionar en este caso es el Estado allí donde existe
una persona que somete a la esclavitud a otro ciudadano, sea nativo o
extranjero”, refirió
“Llevamos adelante las relaciones internacionales y en este marco
tomaremos contacto con las autoridades para poner en conocimiento,
primero si están sabiendo que esto pasa y que presuntamente hay
empresarios o productores que están explotando a trabajadores
argentinos, también está la cuestión de ver la cuestión migratoria, cómo
cruzaron. Son todos puntos que Brasil debe investigar”, agregó.
Por último, aclaró: “Estoy hablando porque tomé conocimiento a través de
los medios, no tenemos certezas, hay que investigar”.
Por su parte, el ministro de Derechos Humanos, Edmundo Soria Vieta,
indicó que “los trabajadores deben realizar la denuncia y ahí ver si por
la figura jurídica se configura en un caso de Trata de persona o
reducción a la servidumbre o explotación laboral”.
El funcionario agregó que “una vez que los trabajadores realicen la
denuncia deberá intervenir un defensor oficial, porque seguramente serán
personas de bajos recursos y nosotros con los organismos pertinentes
vamos a elevar una queja formal a Brasil porque esa situación no puede
pasar”.
Luego de los dramáticos testimonios de los trabajadores reducidos a la
servidumbre, publicados por El Territorio, ayer la radio Sucessos,
propiedad de la ex esposa del intendente Alberto Kryvzuk, dejó de emitir
los avisos que alentaban a los jóvenes a migrar a Brasil para emplearse
con tentadoras condiciones de pago.
Cada casa un embarcadero
En los últimos años proliferaron los embarcaderos clandestinos en El
Soberbio y cada vez más personas aprovechan la oportunidad para hacer
negocios. Ofrecen cruces en canoa en diez minutos y, por supuesto, total
discreción.
Los escasos controles favorecen la actividad ilegal en la zona.
Los lugareños no se sorprendieron tanto al conocer el martirio que
padecieron jóvenes de la zona que huyeron con lo puesto de los campos de
cebolla en Brasil. Los trabajadores contaron que cruzaron el río por
pasos ilegales, muy cerca del cruce habilitado. “Es un problema de larga
data lo que pasa en la frontera”, lamentaron.
“Acá ni nos imaginamos qué es todo lo que pasa, imposible saber”, dijo
un vecino del barrio Maracaná, que está ubicado a la vera del río
Uruguay, donde casi todas las casas tienen su embarcadero.
Lógicamente, el miedo se hace presente en quienes manifiestan la
realidad cotidiana del poblado fronterizo y se niegan a dar sus nombres o
a ser fotografiados.
“Imaginate, hace unos años trataron de liquidar a un candidato a
intendente en este lado (en referencia a Camaleón Da Costa, baleado de
este lado del río), saquen sus conclusiones”, invitó otro resignado
lugareño y agregó elementos para la reflexión: “Acá por las noches
desfilan autos raros, que no son de acá, están por un rato y se van,
lógicamente nadie ve nada, no se sabe en qué andan”, agregó.
De acuerdo a lo que se comenta y escucha, Gendarmería y la Policía están
sobrepasados para dar cobertura a la extensa frontera con el Brasil.
Aproximadamente 90 kilómetros hay desde el grupo Pepirí hasta El
Soberbio y otro tanto hasta Colona Alicia. La Policía de Misiones tiene
22 efectivos para una localidad de más de 40 mil habitantes y más de
3500 kilómetros de caminos.
Ofertas tentadoras y peligro latente
A la ciudad de El Soberbio permanentemente arriban personas de
distintas provincias con promesas de un mejor porvenir para las
empobrecidas familias de la zona. Buscan personas de bajos recursos para
llevarlas a trabajar a otros puntos del país.
Desde FM Guaraní reconocieron que “viene gente a buscar niñeras o
empleadas domésticas y nosotros chequeamos con la Policía los teléfonos
que dejan antes de pasarlos al aire”.
Recordaron que “hace tres años un tipo de Córdoba llegó a la ciudad con
la intención de buscar niñeras para llevarlas y vino a la radio;
automáticamente entregamos el teléfono a la Policía para que constate
los números y de un día para el otro el tipo desapareció, porque la
Policía lo estaba buscando porque venía a reclutar chicas para llevarlas
a Córdoba a una whiskería”.
Una ruta propicia para el tráfico de drogas y cigarrillos
EL SOBERBIO. Es vox populi
que cuando se mueve una de las unidades, tanto de Gendarmería Nacional
como de la Policía, quienes andan por la senda equivocada se enteran
enseguida. Siempre hay alguien que pasa el dato, desde cercanías de la
estación de servicio donde está la sección de Gendarmería o desde el
espacio verde en el centro de El Soberbio, donde está la comisaría.
Lugareños exponen que, debido a lo angosto del río, en 10 minutos se
puede pasar de costa a costa, lo que hace que la ciudad sea un caldo de
cultivo para el contrabando, desde cigarrillos que vienen de Paraguay y
van a Uruguay, drogas y hasta, se sospecha, tráfico de armas.
Hace unos años, cuando la comunidad de El Soberbio se manifestaba por
más seguridad, se apuntaba a que la localidad formaba parte del mapa del
tráfico de armas: llegan de Paraguay e irían a Río de Janeiro, a la
banda de Fernandinho Beira Mar. Según reportes de la Policía Federal
brasileña, el cartel que comanda Beira Mar provee el 80% de la marihuana
procedente de Paraguay.
El año pasado, un padre preocupado manifestó que hubo una reunión en el
Bachillerato porque en las horas de informática, con las netbooks,
alumnos se pasaban fotos de armas que tenían como destino el vecino
país. “Me asusté cuando vi la foto de una granada, andá a decirles algo
si se portan mal, por ahí te tiran una de esas en la casa”, expresó.
El tráfico ilegal se ve favorecido por una gran cantidad de caminos
alternativos para eludir posibles controles o alguien dispuesto a
“cantar” para que la mercadería llegue a destino sin problemas. Los
traficantes conocen atajos, las zonas donde hay señal de teléfonos
celulares y detalles que garantizan que el negocio prospere.
Una fuente segura comentó que, en las colonias, en muchas casas hay galpones donde se acopia lo que se va a contrabandear.