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20 de diciembre de 2010

A nueve años del caos

(misionesonline.net) Hoy se cumplen nueve años del caos político, económico y social que llevó a la Argentina en el 2001 a una de las peores crisis de su historia. Hubo más de 30 muertos y decenas de heridos por los enfrentamientos y la represión.
Sin detenidos, Fernando De la Rúa sobreseído y el juicio oral en la fila de espera, tal vez hasta finales de 2011. Así está hoy la causa judicial por uno de los episodios más significativos, dolorosos y fundacionales de la reciente historia argentina: la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001, que antecedió a la salida en helicóptero de Fernando de la Rúa de la Casa de Gobierno y significó el fin de la ilusión que en algún momento despertó la Alianza de la Unión Cívica Radical y el Frepaso. Los muertos en todo el país superaron los 30. En el corazón histórico de Buenos Aires, entre la Plaza de Mayo y el Obelisco, fueron cinco: Diego Lamagna, Marcelo Riva, Carlos Almirón, Gustavo Benedetto y Alberto Márquez.

Por esos crímenes un grupo de imputados espera el juicio oral con la carátula de “homicidio culposo” (sin intención de matar), y otro con el cargo de “doloso” (con intención).

De la Rúa fue sobreseído a mediados de este año por el juez federal Claudio Bonadío y la medida fue ratificada por la Cámara Federal.

El corralito, las cacerolas y el helicóptero

Un mensaje emitido por cadena nacional a cargo de Domingo Cavallo el 2 de diciembre anunciaba la nueva política económica que introdujo restricciones al retiro de depósitos bancarios. El denominado Corralito. La medida dictaba que el ahorrista sólo podía retirar 1000 pesos por semana, y que la medida duraría 90 días, sin embargo se podían hacer pagos con cheques.

La reacción popular, especialmente la de la clase media fue muy negativa, por lo que a la crisis económica se sumó una crisis política. Durante todo el mes de diciembre hubo protestas de ahorristas y la temperatura del país aumentaba. El 16 y el 19 ya hubo saqueos a supermercados, marchas en distintos puntos del país y hasta un intento fallido por mediar entre la oposición y el gobierno por parte de la Iglesia Católica. Pero la voz del pueblo bajo el lema, “Que se vayan todos” con las cacerolas como sonido de fondo, estallaría los días 19 y 20 de diciembre.

Una fuerte represión policial que dejó como saldo más de treinta muertos en las calles aceleró los tiempos de la Alianza.

La caída del gobierno de De la Rúa era inevitable. La imagen del Presidente huyendo de Casa de Gobierno en un helicóptero quedó grabada en la memoria y plasmada en las páginas que escribieron la historia de la Argentina en llamas.

Lo que siguió fue la asunción de cuatro presidentes en quince días y anuncios como el no pago de la deuda externa, o frases como: “el que depositó dólares recibirá dólares”.

Néstor Kirchner contaba hace algunos años, que la primera pregunta que le hizo un cronista a los pocos minutos de asumir la presidencia en 2003 fue: “usted no va a renunciar Presidente”. Así veían los argentinos a su gobierno, recordó.

Hoy la situación del país es distinta, y ya nadie cree que puedan volver a repetirse la crisis institucional y el vacío de poder de aquellos años.