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30 de noviembre de 2013

Monseñor Piña y Martín Cornell los dos últimos nominados para Misionero del Año


En esta oportunidad, los elegidos son: Joaquín Piña Batllevell y Martín Cornell..

Joaquín Piña
Nunca se cansó de servir y fue ejemplo de coherencia(territoriodigital.com) Su lema episcopal fue “para servir”. Y es lo que hizo Joaquín Piña Batllevell durante toda su vida. Se destacó por la defensa incansable de los derechos de los más desposeídos y por ser un abanderado de las instituciones democráticas.
Nació en Sabadell, Barcelona, España, el 25 de mayo de 1930. Fue ordenado sacerdote jesuita en 1961 en la Compañía de Jesús, en Asunción, Paraguay. En el país guaraní cumplió misión durante 20 años y conoció la rigurosidad del dictador paraguayo Alfredo Stroessner.
En medio del régimen de facto se ingenió para llevar luz, verdad y esperanza a los barrios más olvidados. Sería desde entonces, su sello personal.
En 1986 fue designado por el papa Juan Pablo II y nombrado obispo para la nueva diócesis de Puerto Iguazú por el monseñor Jorge Kemerer.
Desde entonces, don Joaquín, como lo llamaban sus seguidores, cumplió tareas de puertas abiertas. En su humilde catedral de Puerto Iguazú recibía y escuchaba a todos los que buscaban consuelo espiritual u orientación. Movilizó primero a los pobladores de la Zona Norte, donde fue reconocido por su pastoreo incansable y por ser un guía espiritual que auspiciaba las organizaciones sociales.
“Mi principal preocupación fue siempre predicar el Evangelio, pero no un Evangelio desencarnado, fuera de la realidad, si no bien inserto en lo que vivimos”, decía este licenciado en Filosofía (Universidad de San Cugat, Barcelona) y licenciado en Teología (Facultad del Colegio Máximo de San José, San Miguel, Buenos Aires).
Su habilidad para las letras hacía que sus escritos resultaran una agradable lectura dominical propuesto por el diario El Territorio. Allí, no dejaba de enseñar y de objetar a los poderosos.
En su lucha contra el mal, apelaba al “jefe de la milicia celestial”, como llamaba a San Miguel Arcángel. Su remera con la imagen de este santo se hizo famosa durante la campaña para impedir la reforma de la Constitución en Misiones.
El religioso, cuando aún continuaba al frente del Obispado de Iguazú, logró reconocimiento nacional en 2006 al encabezar una coalición provincial que impidió la reelección indefinida de los gobernadores. 
En forma previa, al cumplir 75 años de edad, había presentado su renuncia al papa. Un año y medio más tarde, justamente a fines de 2006, le aceptaron su alejamiento y a partir de ahí, siguió como obispo emérito y regresó a la Parroquia de Itatí, en Posadas, donde en los años '80 era sacerdote.
Recordaba con frecuencia la imposibilidad de servir a dos señores. Fue además el título de su tercer libro, editado en 2010. El primer libro se denominó Amé la Justicia y odié la mentira (2007) y el segundo, La verdad los hará libres (2010).
Estas enseñanzas las impartía para la vida cotidiana, pero en especial en el campo político. Indicaba que aquello del fin justifica los medios era un criterio absolutamente antievangélico. Entre sus últimas cartas, destacaba el objetivo del papa Francisco, “que quiere una Iglesia pobre y para los pobres”. Como autocrítica a la Iglesia, reconocía con humildad que "a lo largo de la historia, muchas veces estuvimos bastante lejos de esto que nos enseñó Jesús”.
Piña falleció el 8 de julio pasado. Hasta sus últimas horas, a los 83 años, nunca se cansó de servir y fue un ejemplo de coherencia.


Martín Cornell
"Es un reconocimiento al trabajo que realizamos"EL SOBERBIO (corresponsalía). Martín Cornell es maestro rural. Llegó a El Soberbio, alejado de las luces de la grandes ciudades.  Nació el 28 de diciembre de 1980 en Capital Federal. "No me imaginaba que podrían postularme para esto. Me emociona. Es un reconocimiento al trabajo que realizamos. Dan ganas de seguir trabajando. No sé si merezco ese premio, porque El Misionero del Año tiene que hacer un montón de méritos", señaló. Cornell cursó sus estudios primarios, secundarios y terciarios en Buenos Aires. Es eslabón fundamental de la Escuela Rural Educación para las Primaveras, situada en la ruta provincial Nº 15, kilómetro 16, en el Paraje San Ramón de El Soberbio. “Llegué a Misiones porque era padrino de unas escuelas rurales en la zona de Almafuerte (Leandro N. Alem). Me dí cuenta de que la educación era una de las herramientas para poder ayudar al medio ambiente y al desarrollo de la propia comunidad", contó el docente. “En esa zona no había cargos, así que fui a Posadas. Presenté mi currículum. Les dije que en Misiones había escuelas sin maestros y me dieron este destino", recordó. 
Martín es maestro a cargo del Aula Satélite de la Escuela Nº 373. "Contamos con mas de 80 alumnos y estamos solicitando la creación de una Unidad Escolar Independiente. Aparte de la educación formal que tenemos que brindar como escuela, tenemos tres patas que exceden a lo curricular”, explicó. Esas tres patas pedagógico-comunitarias están orientadas a la educación agraria, formación en oficios y talleres artísticos, en los que  participa gran parte de la población. 
Además, en la escuela cuentan con una radio escolar, "con un alcance de 8 kilómetros, aproximadamente, donde los chicos realizan programas semanales; y la cooperativa agroecológica escolar, que cuenta con una huerta, vivero de plantas nativas y animales de granjas", apuntó.
Con los jóvenes alumnos se está reforestando la zona con árboles nativos. En relación al funcionamiento de la producción como una cooperativa, Martín explicó que “es manejada por los chicos. Se renueva cada año y se reúnen para trabajar en la huerta todos los miércoles. Los jueves hacen cine comunitario, se vende pipoca en la cantina y una vez por mes, en la casa de algún alumno donde se hacen las reuniones. almorzamos y vemos si hay que comprar algo, como herramientas. Si hace falta plata, se sigue trabajando. Los chicos abonan una cuota de 2 pesos por mes y contamos con ex alumnos que aportan". 
En la radio que tiene la escuela se realiza todo tipo de servicios a la comunidad. "En el programa de la cooperativa se dan consejos de cómo criar una vaca, por ejemplo, y cómo tratarla si tiene enfermedades”, detalló el docente. 
En paralelo, Martín es poeta y ha publicado una obra de pedagogía, basada en su experiencia en El Soberbio. 
Ha participado en las Ferias del Libro de Oberá y de Chaco, como también en foros donde charla sobre la experiencia de la escuela rural. También participó en la importante Feria del Libro de Buenos Aires, en 2010. Tiene cuatro libros de poesías: Desde la tierra roja, Poeta de la simiente, Que reviente la semilla y Pariendo primaveras, el más reciente.