El incremento consta en el acta de la última asamblea y estipula el pago de 500 por reunión, el doble del importe anterior que percibía cada consejero. De esta forma, a un promedio de ocho reuniones mensuales, cada integrante del cuerpo percibe 4000 pesos mensuales, además de los viáticos.El síndico Guillermo Monge confirmó el incremento dado en la reciente asamblea, al tiempo que lamentó que las autoridades de la cooperativa negaran el uso de las instalaciones a un grupo de socios que el último viernes pretendían reunirse para tratar temas relacionados a los servicios que presta la entidad.En tanto, si bien desde el área prensa de la Celo dieron a conocer un listado de 16 nuevos empleados, donde se incluye un abogado, un arquitecto y una periodista, el convencional Rafael Pereyra Pigerl aseguró que “a lista es incompleta, dado que omite al gerente general Alejandro De Paula”.“Tampoco hacen mención a los contratados en relación de dependencia o sea los contratados a plazo o por tiempo determinado. Por lo que los nuevos empleados son 25”, subrayó.Otro aspecto que trascendió tiene que ver con el sueldo que percibe la coordinadora general del consorcio Termas de la Selva, Nori Eichelt. “Según el estatuto del consorcio termal, el mismo consorcio debería pagar los sueldos de los empleados. Cosa que no hace, por lo que a la cooperativa le cuesta 40.000 pesos el sueldo de la señora Eichelt”, confiaron.
Socios en la calleHace dos semanas un centenar de socios se reunieron con el síndico con la intención de obtener respuestas sobre una serie de cuestiones, sobre todo en torno a la deficiente prestación del servicio de agua potable, lo que incluso derivó en un amparo judicial.Monge se comprometió a solicitar un informe técnico del gerente de agua potable, Julio Ansín, ya que la provisión del vital líquido es el principal cuestionamiento de la comunidad hacia la actual conducción de la Celo.Además, en los días previos requirió el uso del salón de conferencias para la reunión pactada. Por ello, grande fue la sorpresa y la indignación de los socios que asistieron el viernes y no pudieron ingresar al edificio por negativa de las autoridades.Finalmente, tras momentos de tensión, el síndico y los socios decidieron volver a reunirse dentro de diez días, de ser necesario en un lugar alternativo.“Hice los pedidos pero no encontré eco en las autoridades. Entiendo el malestar de los socios, pero hay decisiones que dependen del consejo, no de mi”, señaló Monge, quien de todas formas recibió el reconocimiento de los manifestantes por su intención de transparentar las acciones cooperativas.Por su parte, Pereyra Pigerl consideró que “es increíble que el presidente y el consejo de nuestra Celo nos haya cerrado nuestra casa, no permitiéndonos el acceso para la reunión programada y acordada con el síndico”.
En este contexto, reconoció que “el síndico ya realizó una nueva denuncia ante la Ministra de Acción Cooperativa y si en la nueva reunión no tenemos la información recurriremos al Ministerio de Gobierno por la violación al acceso a la información pública”.
