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2 de octubre de 2013

Cigarrillos electrónicos: Son tan nocivos como los convencionales

(territoriodigital.com) Un estudio asegura que las sustancias perjudiciales y las consecuencias para la salud de los dos tipos de cigarrillos son similares.
Un estudio realizado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) revela que este producto provoca similares daños a corto plazo como el tabaco tradicional por lo que desaconsejan su uso hasta que se hagan estudios más exhaustivos de sus consecuencias en largos periodos de tiempo.
Los profesionales españoles de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) han desvelado que los cigarrillos electrónicos pueden contener sustancias nocivas idénticas a las del tabaco convencional. Según un estudio realizado por esta asociación, los efectos a corto plazo en los pulmones de este producto son los mismos que los del cigarro convencional aumentando de forma inmediata la resistencia de las vías aéreas y disminuyendo el poder conductor del aire a través de la misma. Además detectan varios componentes que son igual de cancerígenos que en el tabaco normal.
Estos cigarros se anuncian actualmente como una forma de dejar de fumar o de hacerlo de manera menos perjudicial. Su funcionamiento consiste en un dispositivo electrónico que simula al cigarrillo convencional aunque no emiten humo sino que atomizan una sustancia en forma de vapor que puede contener nicotina, glicol de propileno y otros productos como esencias y saborizantes que se venden en formato de pequeños depósitos desechables.
Desde hace unos años el auge del denominado e-cigarrillo ha sido exponencial. Así lo reflejaba un estudio realizado por la revista American Journal of Preventive Medecine en varios países que arrojaba que el 85% de sus usuarios lo utilizaba para fumar menos o dejarlo progresivamente.
Sin embargo, muchos colectivos médicos y de profesionales de la salud no aconsejan su consumo hasta que haya estudios más exhaustivos sobre sus consecuencias y seguridad a corto y largo plazo. Este último estudio viene como un recordatorio sobre la falta de conocimiento médico de un producto que en España carece de regulación específica.