Debido a las lluvias que se registraron durante el fin de semana pasado, el río Iguazú comenzó a aumentar su caudal de manera exponencial y por esa razón se declaró la alerta, dado que el curso de agua enfrenta la crecida más grande de su historia. El fenómeno literalmente borró las Cataratas, que se transformaron en un simple salto por la fuerza y el volumen del caudal.
El caudal, que normalmente no supera los 2 mil metros cúbicos por segundo, trepó a 46 mil. Además, al desembocar el Iguazú en el Paraná, todas las localidades ubicadas sobre la costa de este último río verán crecer el nivel de las aguas, incluida Posadas.