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18 de junio de 2014

Panambí: La investigación está estancada por falta de testigos

Vecinos de los Knack tienen miedo de contar lo que saben. "No sabemos si fueron presionados o si realmente no saben nada", relató una fuente que investiga la causa.

25 días de la masacre de la familia Knack, la investigación se encuentra estancada y varios testigos citados se mostraron temerosos a contar lo que saben, lo que intriga y genera innumerables suspicacias en el ámbito judicial.

Si bien en los días posteriores al triple homicidio la Policía recabó información de las víctimas y posibles contactos con algunos de los ahora detenidos, lo cierto es que el avance de la instrucción choca con la reticencia que mostraron algunas de las personas convocadas para prestar declaración.

“Notamos que la gente tiene miedo, se la cita y no viene o cuando declaran aportan poco y nada. A esta altura no sabemos si tienen sólo miedo, si fueron presionadas o si realmente no saben nada, lo que sería muy raro porque Panambí es una localidad chica y se conocen todos”, indicó una fuente del caso.

Por el hecho permanecen detenidos el ex prefecturiano Pablo Paz (51), el chapista Marcial Alegre (45) y Juan Godoy (44), residentes en la localidad de San Javier.

Los dos primeros están alojados en la Unidad Penal II, separados uno del otro en los diferentes módulos para evitar cualquier tipo de contacto y diseño de una estrategia defensiva en conjunto. Además, permanecen aislados de la población común y disponen de una estricta custodia para evitar algún tipo de represalia, indicaron desde el penal.

“Se los acusada de un delito aberrante y en la jerga carcelaria es un pecado hacerle daño a los chicos, como ocurrió en este caso. De todas formas, al estar separados de la población no hubo ningún tipo de incidentes”, confiaron.

De sus días de encierro en la penitenciaría local, El Territorio averiguó que tanto Paz como Alegre dicen ser ajenos al hecho que se les imputa, aunque habrían reconocido haber hecho negocios en común con Knack.

“Lógicamente que hablan con el personal y dicen que no tienen nada que ver con el caso, pero cada uno por su lado comentó que en algún momento tuvieron trato con el maderero asesinado”, reconocieron.

Hasta el momento lo único que relaciona a la banda de San Javier con la masacre de la familia Knack es una huella dactilar del ex prefecturiano que habría sido hallada en una caja de zapatos donde el maderero asesinado guardaba el dinero en un placar de su casa.

Más tarde, Carlos “Nano” Knack (20) comentó que sus padres le habrían dicho que meses atrás le vendieron madera a un retirado de la Prefectura Naval Argentina (PNA), aunque el muchacho no confirmó que se trate del detenido ni brindó una descripción física.

También surgió el rumor de que Paz le vendió un tractor a Knack y que tendría cierto grado de parentesco con la novia de un familiar directo de las víctimas, versiones que hasta aquí no fueron corroboradas por la Justicia.

En tanto, algunos empleados del maderero indicaron a los investigadores que un sujeto con la fisonomía de Godoy -que es parecido a Paz pero más bajo- habría sido visto por la zona en los días previos al hecho.

Tampoco hay demasiados argumentos contra el chapista Alegre, en cuyo taller la Policía encontró un verdadero arsenal, aunque no pruebas que lo comprometan con el hecho que se investiga, al menos hasta el momento.

Los peritos de criminalística no habrían hallado huellas de Alegre en la escena del crimen, habida cuenta de que fue el último en ser detenido luego de permanecer ocho días prófugo.

Con relación al empresario maderero Daniel Alberto Oses, si bien trascendió que se presentó a declarar ante la jueza, fuentes judiciales rectificaron esa versión y aclararon que en realidad “el abogado de Oses presentó un escrito en su nombre, pero sigue pendiente su declaración testimonial”.

El citado empresario fue quien el domingo 25 de mayo le pagó alrededor de 450 mil pesos a Cristian Knack (25) en Cuatro Bocas, Corrientes, horas antes de la masacre en Panambí.

El horrendo crimen que conmueve a los misioneros se produjo el domingo 25 de mayo, alrededor de las 19.30, en la vivienda de la familia Knack, situada en el kilómetro 7 de la ruta provincial 5.

Al menos cuatro sujetos irrumpieron en la casa, torturaron y prendieron fuego a los cuatro integrantes de la familia que se hallaban en ese momento. El hecho se cobró la vida del empresario maderero Oscar Knack (43), su esposa Graciela Mabel Mojsiuk (42) y su hija Bianca (12). En tanto, Cristian Knack permanece internado en el Hospital Madariaga de Posadas en estado crítico.