(territoriodigital.com) Es a quien la pasajera le habría aportado nuevos datos. Le habría confesado que su novio participó en el crimen de la estudiante.
Esta mañana deberá comparecer ante el juez de Instrucción Penal Uno, Marcelo Cardozo, el taxista que denunció haber escuchado a una pasajera durante el viaje decir que su novio junto a otros dos hombres, participaron del asesinato de Lucía Maidana.
Fue citado para las 9 en la sede el juzgado, junto a otras personas que deberán prestar declaración testimonial en el marco de la misma causa, cuyo lento avance cubre con cierto manto de duda la posibilidad de que en algún momento se sepa quién o quiénes asesinaron a la joven.
El trabajador del volante deberá aportar mayores precisiones respecto a la denuncia que radicó hace algunos días, minutos después de que la circunstancial pasajera descendiera del móvil tras hacer semejante confesión, mencionando con nombre y apellido al hombre a quien apuntaba.
Según las fuentes consultadas, deberá profundizar en el diálogo que tuvo con la mujer durante el recorrido de alrededor de media hora, como también señalar con más precisión dónde abordó el taxi, el trayecto recorrido y dónde fue el descenso.
El taxista ratificará hechos y también aportará datos respecto a la apariencia física de la mujer, que de acuerdo a su primera descripción tendría entre 30 y 35 años. Los detalles que recuerde permitirán confeccionar un identikit para luego buscarla, aunque las fuentes consultadas indican que ya estaría identificada.
La nueva línea de investigación que deberá profundizar el juez Marcelo Cardozo, al parecer y por el momento no involucra a Nicolás Sotelo, uno de los principales sospechosos y quien estuvo detenido casi un mes por el homicidio.
Un viaje revelador
Surgió de la confesión de una mujer a un taxista durante el viaje que hizo la semana pasada, cuando en estado de shock y visiblemente alterada por el presunto ataque de su pareja, le contó a un trabajador del volante que temía denunciar al agresor.
Surgió de la confesión de una mujer a un taxista durante el viaje que hizo la semana pasada, cuando en estado de shock y visiblemente alterada por el presunto ataque de su pareja, le contó a un trabajador del volante que temía denunciar al agresor.
Esto porque era un sujeto peligroso, con antecedentes penales y sobre todo le tenía miedo porque había estado con otras dos personas en el crimen de la estudiante de comunicación social.
El chofer insistió varias veces con que denuncie al agresor, pero sin saber si realmente lo iba a hacer, apenas ésta se bajó del coche se comunicó con la Línea 137 de violencia de género y contó todo lo que escuchó durante el viaje.
En la mira de la Justicia
Cabe recordar que Lucía María Maidana fue asesinada en la madrugada del domingo 6 de abril. Fue violada, golpeada brutalmente y quemada en su departamento del barrio El Palomar.
Cabe recordar que Lucía María Maidana fue asesinada en la madrugada del domingo 6 de abril. Fue violada, golpeada brutalmente y quemada en su departamento del barrio El Palomar.
Hasta hoy el principal y único sospechoso del asesinato de la joven es Nicolás Sotelo, a quien se le practicaron pruebas genéticas para cotejar los rastros hallados en el cuerpo de la joven pero todas dieron negativo, inclusive en las muestras de ropa manchada con sangre que fueron descubiertas en una pieza de la pensión, muy cerca del departamento de Maidana, donde el sospechoso se había mudado.
Con las confirmaciones negativas, Sotelo fue liberado, beneficiado por la falta de mérito, pero hace un mes aparecieron nuevas evidencias en su contra. Se trata del hallazgo de las llaves del departamento y portón de ingreso al inquilinato donde residía la estudiante universitaria.
La misma fue encontrada en la canaleta del techo de un jardín de niños ubicado frente al edificio de la Facultad de Humanidades de la Unam, donde estudiaba la víctima fatal.
Los pesquisas dieron con las llaves por el dato aportado por un joven conocido de Sotelo. Esta persona se presentó ante el juez Cardozo y contó que vio -durante los primeros días posteriores al asesinato- al sospechoso tirar las llaves desde el edificio de la facultad hacia el techo de esa construcción.
